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17 snacks a base de legumbres para sumar proteínas de la formas más saludable

Las legumbres son uno de los tipos de alimentos más beneficiosos que existen. Su contenido en fibra ha demostrado que tiene importantes implicaciones para la salud en la prevención de riesgos de enfermedades crónicas y sobre el efecto reductor del colesterol en sujetos humanos con niveles de colesterol sérico moderadamente elevados.

También tienen una gran cantidad de vitaminas, minerales y fitonutrientes que, a diferencia de lo que se cree, son muy biodisponibles sobre todo si se acompañan con alimentos ricos en vitamina C.

Las legumbres también tienen una gran cantidad de proteínas, haciéndolas unos alimentos perfectos, tanto si quieres aumentar masa muscular, perder grasa corporal, mejorar el rendimiento deportivo, etc.

Aunque sí es cierto que no tienen tanta cantidad por cada 100 g como el pescado o la carne, la combinación de estos alimentos con otros o, empleando las legumbres como snacks, las hacen perfectas para incluir en nuestra dieta diaria.

Las legumbres se tienen como alimentos de cuchara, es decir, alimentos que son bastante difíciles de hacer o que requieren mucho tiempo. Es por eso que, para las personas que les encanten como a nosotros las legumbres y que dispongan de poco tiempo, traemos 17 recetas muy sencillas de hacer para que las consumáis a modo de snakcs.

Snacks de garbanzos especiados

Ingredientes

Para 4 personas

  • ajo en polvo cucharadita1
  • Comino molido cucharadita1
  • Cúrcuma molida cucharadita1
  • Pimentón dulce cucharadita1.5
  • Pimienta negra cucharadita0.5
  • Sal cucharadita1
  • Azúcar moreno cucharada1
  • Zumo de limón30 g
  • Garbanzos cocidos400 g

Cómo hacer Snacks de garbanzos especiados

Dificultad: Fácil

  • Tiempo total50 m
  • Elaboración10 m
  • Cocción40 m

Empezamos precalentando el horno a 200ºC y forrando una bandeja de horno con papel parafinado. En un bol mezclamos todas las especias con la sal y el zumo de limón, batiendo un poco con un tenedor hasta que se integren.

Secamos los garbanzos con papel de cocina, los añadimos al bol y removemos con cuidado, para que no se deshagan. Vertemos la mezcla en la bandeja que hemos preparado y la extendemos bien. Horneamos durante 40 minutos a 200ºC, removiendo de vez en cuando para que se hagan los garbanzos. Retiramos, dejamos templar y servimos.

Otras recetas de snacks elaboradas con legumbres

  • Garbanzos con chocolate negro: El garbanzo tiene un sabor bastante neutro que se adapta a mil preparaciones. Tostándolo para darle una textura muy crujiente conseguimos un picoteo o snack de lo más saludable, y podemos darle un toque más goloso para los que busquen un capricho ocasional que además sea nutritivo.

Garbanzos crujientes con hierbas frescas: Estos garbanzos crujientes con hierbas frescas son muy versátiles y se pueden tomar tanto calientes como templados o fríos, acompañados de casi lo que se nos ocurra.

Sándwich de ensalada de garbanzos: Es una receta que si probáis a hacerla pronto os veréis versionándola a vuestro gusto, pues resulta muy fácil cambiar algunos ingredientes o ajustar la textura.

Falafel casero: El falafel es una mezcla triturada de garbanzos hidratados en agua con cebolla, ajo y diferentes hierbas y especias. Esta masa se bolea, se fríe en abundante aceite y se sirve, generalmente, con pan de pita y salsa de yogur. Es una receta perfecta para veganos, vegetarianos y celiacos.

Medallones de lentejas con salsa de yogur: Es una manera sencilla y sana de tomar lentejas de una forma diferente, para recordar también cuando lleguen días de calor. Se pueden añadir verduras al gusto, más o menos picadas, y las especias que prefiramos.

Falafel de remolacha: Aunque se puede comer tal cual, al falafel de remolacha le va de muerte una salsa de yogur (tan sencillo como salpimentar un yogur griego), una ensalada de hojas verdes y unos panes de pita que podemos tostar ligeramente y rellenar con lo anterior.

Kibbeh de lentejas rojas y bulgur con calabaza: Los kibbeh, de los que hay muchas variedades, se caracterizan por tener una forma ovalada, y pueden ser tanto vegetarianos como incluir carne en su preparación. Esta receta es una manera original y fresca de consumir lentejas, para no limitarnos a los platos de cuchara.

Tacos de lentejas al curry: Podemos montar los primeros tacos vegetarianos de lentejas al curry y dejar el resto de tortillas y relleno para que los comensales tomen más a su gusto.** Se pueden servir con varias salsas variadas.**

Falafel de remolacha: Aunque se puede comer tal cual, al falafel de remolacha le va de muerte una salsa de yogur (tan sencillo como salpimentar un yogur griego), una ensalada de hojas verdes y unos panes de pita que podemos tostar ligeramente y rellenar con lo anterior.

Kibbeh de lentejas rojas y bulgur con calabaza: Los kibbeh, de los que hay muchas variedades, se caracterizan por tener una forma ovalada, y pueden ser tanto vegetarianos como incluir carne en su preparación. Esta receta es una manera original y fresca de consumir lentejas, para no limitarnos a los platos de cuchara.

Tacos de lentejas al curry: Podemos montar los primeros tacos vegetarianos de lentejas al curry y dejar el resto de tortillas y relleno para que los comensales tomen más a su gusto.** Se pueden servir con varias salsas variadas.**

Falafel de remolacha: Aunque se puede comer tal cual, al falafel de remolacha le va de muerte una salsa de yogur (tan sencillo como salpimentar un yogur griego), una ensalada de hojas verdes y unos panes de pita que podemos tostar ligeramente y rellenar con lo anterior.

Kibbeh de lentejas rojas y bulgur con calabaza: Los kibbeh, de los que hay muchas variedades, se caracterizan por tener una forma ovalada, y pueden ser tanto vegetarianos como incluir carne en su preparación. Esta receta es una manera original y fresca de consumir lentejas, para no limitarnos a los platos de cuchara.

Tacos de lentejas al curry: Podemos montar los primeros tacos vegetarianos de lentejas al curry y dejar el resto de tortillas y relleno para que los comensales tomen más a su gusto.** Se pueden servir con varias salsas variadas.**

Hummus de remolacha: Tradicionalmente el hummus se sirve con pan de pita, que se usa a modo de cuchara para coger pequeñas porciones de este dip. Con el hummus de remolacha con un toque de lima y coco ocurre lo mismo, así que vamos a seguir la tradición, aunque también lo podemos acompañar de crudités como zanahorias.

Hummus de aceitunas kalamata: Si estáis cuidando la línea, presentadlo con palitos de zanahoria, rodajas de calabacín, ramas de apio o rabanitos cuarteados. Si no es vuestro caso, con pan de pita tostado, crackers o unas sencillas regañas.

Hummus de lentejas: El hummus de lentejas es delicioso y se merece un monumento. Es un aperitivo de matrícula de honor que lo tiene todo. Es sano, sencillo, sabroso, económico, fácil y rápido de preparar. No se le puede pedir más.

Hummus de pimiento del piquillo y pistachos: Las pastas de untar siempre son una buena solución a la hora de preparar una cena de picoteo y este hummus de pimiento del piquillo y pistachos tiene el éxito asegurado en cualquier reunión.

Hummus de pesto El hummus de pesto se encuentra a medio camino entre el pesto de albahaca y el hummus tradicional. Podemos acompañarlo de crudités varios (apio, zanahoria o calabacín), grissini, galletas saladas, nachos, crackers…

Crackers de harina de garbanzos: Sin gluten, vegana y saludable, no podemos pedir más. Estas galletas saladas de harina de garbanzos son tremendamente sencillas y no necesitan demasiados ingredientes porque como base se usa agua, aceite de oliva y harina.

Crackers crujientes de garbanzo y zaatar: Unos crackers crujientes y deliciosos hechos con legumbre. Aunque llevan especias zaatar, una mezcla de especias y hierbas típica de la cocina árabe y originaria de Oriente Medio, podemos sustituirlo por curry si es que nos cuesta encontrar esta exótica mezcla, o incluso probar con cinco especias chinas o algún garam massala indio.

Bocaditos de alubias negras y cuscús: Logramos en este plato proteínas completas complementando ingredientes vegetales (cereales y legumbres) por lo que también pueden ser parte de una comida completa si las servimos como albóndigas o si le damos forma de hamburguesas.

Los alimentos que más te deshidratan sin que lo sepas

La ecuación es sencilla: si nuestro organismo pierde más agua de la que ingerimos, sobreviene la deshidratación. Un proceso directo que puede acelerarse si abusamos de determinados alimentos. ¿Quieres saber cuáles son?

La hidratación es absolutamente necesaria para la supervivencia, y el correcto funcionamiento de nuestro organismo compuesto, en su mayor parte, por agua. Por ello, mantener un nivel de líquidos equilibrado y correcto va a garantizar también el transporte de los nutrientes esenciales a todos los órganos y tejidos del cuerpo. 

Pero es que una buena hidratación va a contribuir igualmente a facilitar las digestiones, a la evacuación de los desechos, a bajar la temperatura corporal, a lucir una piel radiante y a la depuración de toxinas tan imprescindible para mantener la salud. De manera natural, el agua de nuestro organismo cumple todas estas funciones. 

Sin embargo, existen circunstancias en las que perdemos mayor cantidad de líquidos de la que ingerimos, por lo que se produce una peligrosa descompensación y nos exponemos a la temida deshidratación. El calor excesivo, la práctica de ejercicio intenso sin las debidas precauciones, algunos problemas de salud… pueden acelerar la deshidratación. Pero también pueden hacerlo determinados alimentos que es importante apartar de nuestra dieta.

Alimentos que contribuyen a nuestra deshidratación

De la misma manera que existen alimentos ricos en agua como el melón o la sandía, que rondan un 95 por ciento de líquido, también hay otros que pueden hacer que eliminemos líquidos de una manera fulminante. ¿Lo peor de todo? Que en la mayoría de los casos no nos damos cuenta, porque los tenemos asociados a nuestro estilo de vida.

1. Alcohol: el desestabilizador de los líquidos corporales

Aunque pudiéramos pensar que el alcohol es un líquido y, por tanto, aporta líquido a nuestro organismo, su efecto es bien diferente. Las personas que consumen bebidas alcohólicas con cierta asiduidad, aumentan la producción de orina. Como consecuencia, se van deshidratando sin darse cuenta. Por eso, es importante beber mucha agua si has consumido alcohol.

El alcohol tiene un efecto engañoso, puesto que actúa como factor deshidratante al inhibir la producción de la hormona HAD, de función diurética, y responsable de mantener el equilibrio de los líquidos corporales. Pero es que, además, el alcohol inhibe la liberación de vasopresina, hormona producida por el cerebro encargada de enviar la señal a los riñones para que ‘guarden’ los líquidos.

Con la ingesta de alcohol, debemos tener en cuenta que vamos a perder cuatro veces más líquido del que ganamos. Esa es la razón por la que orinamos más y por la que horas después sobreviene la resaca. En estos casos, los expertos recomiendan ayudarse de bebidas para deportistas con soluciones electrolíticas, con el objetivo de reponer las sales y el potasio que se pierden tras la ingesta del alcohol.

2. Snacks salados: una trampa deliciosa con efecto rebote

Cuanta menos sal, mejor. Las patatas fritas y los innumerables snacks que se nos ofrecen en el mercado hoy en día, son productos cargados de calorías vacías, azúcares y que, para colmo, pueden provocar el efecto rebote debido a su gran contenido en sodio. 

De la misma manera que pasa con el alcohol, consumir demasiados productos salados (también cuentan los frutos secos salados y tostados, menos saludables que crudos) contribuye a la deshidratación al incrementar la pérdida de agua a través de la orina.

Y aquí surge una paradoja: ¿por qué si el sodio ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos a través de la ósmosis (regula el agua que llega a las células) provoca deshidratación? Esto sucede porque la sal provoca retención de líquidos, lo que incrementa el volumen sanguíneo y, por ello, la presión ejercida sobre las paredes de las arterias.

3. Salsas: un complemento a racionar (y mejor caseras)

También relacionado con su elevado aporte de sal, las salsas son un complemento de alimentación a tener en el radar, puesto que suelen contener saborizantes repletos de sodio.

Tanto la salsa de soja como el ketchup llevan, por regla general, mucha más sal de la aconsejada, con las consecuencias deshidratantes que ello puede conllevar. Para hacernos una idea, la salsa de soja puede llegar a contener hasta 900 miligramos de sodio en su composición, en tan solo una cucharada. Afortunadamente, existen salsas de soja bajas en sal.

Así pues, en el caso de las salsas, siempre va a ser recomendable que las hagamos en casa, para controlar esta variable que puede afectar de manera negativa a la hidratación natural que el organismo necesita.

4. Café: mejor con poca cafeína

El café con mucha cafeína, o demasiado cargado, ha demostrado que produce más ganas de ir al baño y, a través del exceso de orina, provocar deshidratación. Si vamos a tomarlo, el que es bajo en contenido de cafeína tiene la mitad de probabilidades de afectar a nuestra hidratación.

La explicación científica es que la cafeína, como sustancia química que es, es especialmente diurética cuando se consume a altas dosis. Sin embargo, si se consume con moderación, numerosos estudios revelan que hidrata igual que lo puede hacer el agua. Así pues, la clave en el caso del café está en la cantidad. Poco, hidrata; mucho… deshidrata. 

5. Embutidos y carnes procesadas: ‘ladrones’ de las reservas líquidas

A menudo escuchamos hablar de lo poco recomendable que es el consumo habitual en nuestra dieta de las carnes rojas y los productos procesados como pueden ser los embutidos, que tanto éxito tienen en España.

En el caso de la hidratación, la prudencia es aún mayor, puesto que se trata de productos alimenticios elaborados con grasas, conservantes, y gran cantidad de sodio. Cuando hay mucha sal, y se va concentrando en el torrente sanguíneo, el cerebro recibe una señal de sed, lo que nos hará beber agua constantemente y orinar a menudo.

Al tratarse de alimentos altamente procesados son más difíciles de digerir sobre todo para el sistema digestivo, y es cuando optan por consumir gran parte de las reservas de líquido del organismo, desestabilizando el equilibrio natural.

Fuente: https://www.20minutos.es/salud/nutricion/alimentos-mas-deshidratan-sin-que-sepas-5628493/

El origen del nombre de Grefusa y otras historias inspiradoras sobre la empresa familiar de ‘snacks’

Grefusa es una marca asentada, pero el significado de su nombre es desconocido por la mayoría de sus consumidores. La explicación es bien sencilla porque la marca proviene de la unión de los dos apellidos de su fundador, José Gregori Furió. (Gre + Fu); ahora el nombre inunda la empresa: GrefuIdeas, GrefuValores, GrefuFiestas…

Gregori Furió comenzó a comercializar frutos secos y legumbres, especialmente el cacahuete valenciano, con bastante éxito. Sin embargo, el fin de la autarquía franquista y el inicio de la apertura internacional de la economía española estuvieron a punto de llevarse la empresa por delante. Fue entonces cuando apareció la segunda generación, de la que formaba parte el mítico Alfredo Gregori, la cual comenzó a tostar los cacahuetes en un horno familiar

Otro de los momentos clave aconteció en 1986, cuando Alfredo convenció a su hermano para abandonar el negocio de los frutos secos y virar la producción hacia los snacks.  “Entonces facturábamos 2,4 millones de euros y el negocio iba bien”, explica. El cambio de modelo suponía un gasto anual de 3,6 millones, pero Alfredo consiguió el apoyo de su hermano y de los bancos para realizar esta inversión. “Si lo planteo ahora, me considerarían un chalado –, bromeaba el actual CEO de Grefusa-. Pero a mi tío le gustaba innovar y eso ha marcado el devenir de la empresa. Lo llevamos en la genética”.

https://www.levante-emv.com/economia/2023/09/21/grefusa-origen-nombre-otras-curiosidades-historias-inspiradoras-92386643.html

¿Por qué comemos tanto en las salas de cine? Explicación científica

El consumo de palomitas en el cine es mucho más que una costumbre: se trata de una estrategia respaldada por la ciencia. La atmósfera de las salas de cine está diseñada para estimular nuestros sentidos y hacernos consumir más.

La iluminación tenue juega un papel clave. Según Sarah Lefebvre, profesora de marketing, la luz baja nos relaja, lo que disminuye la atención que prestamos a lo que comemos. En este estado, tendemos a elegir snacks indulgentes, como palomitas saladas o dulces. Además, en ambientes oscuros, la comida con un solo sabor (salado o dulce) nos sabe mejor debido a un fenómeno llamado «compensación sensorial».

El aire acondicionado también es importante. Las bajas temperaturas en las salas aumentan nuestro apetito, ya que el cuerpo busca calorías adicionales para mantener la temperatura. Este entorno, combinado con el estado de relajación, es perfecto para el consumo de snacks en grandes cantidades.

Lo que vemos en pantalla también influye. Las escenas de personajes comiendo activan nuestras neuronas espejo, haciéndonos imitar su comportamiento. Si un personaje disfruta de una hamburguesa, es probable que automáticamente nos llevemos un puñado de palomitas a la boca. Este efecto se intensifica cuando nos identificamos con los personajes de la película.

Incluso el final de la película afecta nuestros gustos. Hacia el cierre, las personas tienden a preferir snacks dulces después de haber consumido alimentos salados. Un estudio de 2017 reveló que, tras una larga exposición a lo salado, el cuerpo busca un cambio, inclinándose hacia dulces como M&M’s o caramelos.

El cine aprovecha esta combinación de estímulos sensoriales y emocionales para ofrecer un entorno donde comer es parte de la experiencia, y no solo una distracción más.

Fuente: https://www.abc.es/xlsemanal/ciencia/por-que-comemos-mucho-en-el-cine-peliculas-palomitas.html