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El turismo de supermercado: de Julianne Moore en Madrid a una ruta en Nueva York
La última chica Almodóvar dio voz a una minoría invisible: los viajeros que saben que los secretos de una sociedad están en sus ofertas de la semana y pasillos numerados. Y para eso, Nueva York, es la mejor ciudad porque ofrece un ‘tour’ muy variado.
Cuando Julianne Moore dijo que lo que más le gustaba de Madrid era El Corte Inglés de Serrano, dio voz a una minoría invisible: el turista de supermercado. Un grupo de viajantes que disfrutan comparando precios, descubriendo variedad de producto y que saben perfectamente que los secretos de una sociedad están en sus ofertas de la semana, en repisas y pasillos numerados.
Nueva York visto desde este prisma ofrece un recorrido que es tanto o más fascinante que dar un paseo por la Quinta Avenida, subir al Empire State o pasear por Central Park. Y en tiempos de fervor por los recorridos alternativos, para los obsesos del “Nueva York de los neoyorquinos”, este es el tour definitivo.
Gentrificación y resistencia
Ni una misa gospel a reventar de turistas explica mejor la tensión racial de Harlem que la apertura de supermercados en los últimos años. En 2017, la pica en Flandes gentrificadora la puso Whole Foods, propiedad de Jeff Bezos, que vende productos orgánicos a precio para clase media-alta. Sus frutas de colores perfectos y su pasión por las alternativas a los lácteos se han convertido en objetivo turístico en otras ubicaciones como la de Bryant Park o Columbus Circle, pero su llegada al barrio afroamericano de Manhattan tuvo que ser compensada en 2022 con otra inauguración que generó colas que daban la vuelta a la manzana: el único Lidl de Manhattan, el rey de las ofertas para la clase media-baja.
Las grandes cadenas se reparten inevitablemente gran parte del pastel del sector, hay ejemplos muy exitosos de resistencia. Es el caso de Kalustyan’s, un local en la calle Lexington con la 28 que empezó en 1944 como una pequeña tienda de especias propiedad del turco-armenio que dio nombre al negocio y que acaba de celebrar sus 80 años convertido en toda una institución. “La gente viene aquí porque sabe que puede encontrar absolutamente todo”, dice orgulloso Aziz Osmani, quien compró con su primo el negocio en 1988. El local se ha expandido caóticamente, adquiriendo los espacios adyacentes en horizontal y en vertical, pero sin abrir nuevas sedes. “Si lo hiciéramos, ya no seríamos Kalustyan’s”, sentencia Aziz, cuyo despacho está todavía en el hueco de la escalera, atestado de albaranes y recibos. Las especias siguen siendo su producto estrella, junto con frutos (y frutas) secos. Pero también es el lugar donde se puede encontrar el mejor vinagre de Jerez al mejor precio, flores comestibles o químicos para cocina molecular. “Tenemos desde clientes de barrio hasta programas de cocina, medios especializados y comercios de otros países”, asegura.
El mítico Zabar’s, en el Upper West Side —en Broadway con la calle 80— también se ha abierto a la diversidad en sus 90 años de historia, pero se aferra al aspecto y las costumbres de un supermercado de barrio netamente artesanal y judío. Cuatro generaciones después, sigue siendo un negocio familiar donde te filetean el salmón ahumado, te muelen el café y tienen sus propias recetas de dulces como el babka. También tienen su propia cafetería, donde, cómo no, el bagel es la estrella.
Supermercados asiáticos, los reyes del diseño
Zabar’s es una joya vintage y el diseño es otra categoría de reñida competición en una ciudad que siempre te entra por los ojos. De las grandes cadenas, el californiano Trader Joe’s es la que destaca por unos envases coloridos e informales que han creado escuela —además de por vender una tortilla de patatas congelada bastante digna— pero Asia emerge imbatible en este campo. La eclosión del k-pop y de las ficciones coreanas hacen Korea Way sea una parada obligatoria en toda visita a Nueva York. Allí está el supermercado H Mart y es parte de una cadena coreana que tiene ya tres establecimientos en Manhattan y cuyo secreto es una extraña comunión entre abigarramiento y armonía. Otra línea de supermercados asiáticos que ha prosperado son los Sunrise Mart, en este caso japoneses, pero la joya oculta de esta categoría es Dainobu.
De sus tres locales, el más llamativo es el de la calle 47, entre Lexington y la Tercera avenida. Kota, su dueño desde hace 15 años, ofrece platos japoneses recién hechos en una cocina que aparece al final del pasillo y, en apenas tres pasillos, ingredientes difíciles de descifrar para los no entendidos y una amplia sección cosmética. El local es una golosina visual y Kota, que es artista también, dibuja y pinta los carteles con las ofertas de la semana que forran su escaparate. “Antes de la pandemia solo venían japoneses y ponía música japonesa. Desde la pandemia, el público es un 90% internacional y creo que la música latina es la que más levanta el ánimo”, explica, mientras suena Bad Bunny a toda pastilla.
La interminable variedad fuera de Manhattan
Si hablamos de mestizaje cultural, no obstante, la verdadera olla étnica de Nueva York está en Queens. Una de las paradas claves ahí es el barrio de Jackson Heights, donde conviven los supermercados latinos como el Mi Tierra —donde la sección de vegetales es un festival de tubérculos como la malanga, ñame, yuca, tan presentes en la comida caribeña, o de nopales y chiles mexicanos— con el little Bangladesh, con mención especial para Ittadi Bazaar, donde la sección de pescados congelados maneja unos tamaños gigantes y los snacks de legumbres son una delicia para los amantes del picante.
Sin embargo, la experiencia más radical de un supermercado neoyorquino probablemente sea la de la pescadería del JMarten el Flushing, el Chinatown de Queens, que imparte una clase un poco gore de biología marina. Y si uno quiere sentirse más en casa, en el barrio de Astoria se mezclan los supermercados árabes como Al Dar Halal —para encontrar agua de azahar, legumbres al peso o dátiles— y el entrañable negocio Mediterranean Foods, un supermercado griego que abrió en 1974 y que mezcla iconografía ortodoxa —velas, inciensos y candelabros— con olivas, masas filo, una gran variedad de queso feta –”es nuestro producto estrella para griegos y no griegos”, dice su dueño Tommy Tentolouris— y lo más parecido a unos boquerones en vinagre que se puede encontrar en Nueva York. “¡Por supuesto!”, exclama Tentolouris. “Somos lo mismo”.
Qué debes tener en cuenta a la hora de elegir el zumo en el supermercado: no todos son iguales
Los pasillos y neveras de los supermercados tienen cada vez más productos. Hay una inmensa variedad de lácteos, pero también de dulces, platos preparados y bebidas. Concretamente, si vamos a la sección de zumos, la cantidad de opciones que tenemos es casi abrumadora.
Zumos, concentrados o néctares son los más habituales. A primera vista nos puede parecer que son lo mismo, pero si prestamos atención al embalaje o la etiqueta veremos que no es así. ¿Pero qué diferencia hay entre unos y otros? ¿Cómo puedo distinguirlos? ¿Una opción es más saludable que la otra?
Son dudas que pueden surgir a mucha gente, más teniendo en cuenta que el zumo es una bebida bastante popular. Según el estudio ANIBES de la Fundación Española de Nutrición, el 31,2% de los consumidores españoles lo toman, sobre todo niños y adolescentes.
Por salir de dudas, hemos hablado con dos expertas en nutrición. Ambas coinciden en lo esencial: son dos productos distintos. “El zumo se obtiene directamente de la fruta y no puede llevar azúcares añadidos ni otros aditivos. Pero sí aromas”, explica Andrea Sorinas en RAC1.cat.
El néctar, en cambio, es lo que “se ha obtenido a partir del zumo de fruta, pero que se le añade agua, azúcar, edulcorantes o aromas”, dice Teresa Veciana, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona.
Sin embargo, la legislación establece “el porcentaje mínimo de fruta” que deben tener. Por ejemplo, no es lo mismo un néctar de manzana que uno melocotón.
¿Qué dice la ley?
Por tanto, el proceso de elaboración, los ingredientes y la cantidad de fruta, agua y aditivos que llevan son diferentes y todo está regulado por la legislación actual. Echarle un vistazo —aunque sea pesado— y prestar atención a las etiquetas nos puede ayudar a escoger bien en el supermercado. A grandes rasgos, la ley habla de tres productos: zumo, concentrado y néctar .
El zumo, como decíamos, se obtiene de la fruta y no se le añade nada más aparte de los aromas o la pulpa. El azúcar que contiene, por tanto, es el que tiene la fruta de forma natural. Por eso, dice Sorinas, no debemos dejarnos deslumbrar por el reclamo “sin azúcares añadidos” en zumos: “No lo hacen porque no los dejan”.
Sin embargo, la legislación establece “el porcentaje mínimo de fruta” que deben tener. Por ejemplo, no es lo mismo un néctar de manzana que uno melocotón.
Un zumo nunca sustituye a una pieza de fruta
Aunque los zumos y los néctares son habituales en los hogares, sobre todo para los desayunos y meriendas, ambas nutricionistas reiteran que no son una buena opción y que en ningún caso sustituyen a una pieza de fruta entera.
“Si la procesamos, rompemos su estructura y sacamos su fibra, que precisamente ralentiza la absorción del azúcar. Además, en líquido, el azúcar se convierte en libre y actúa como si fuera el de un refresco”, detalla Sorinas, que hace difusión de su labor en Concoconut.
Un argumento que mantiene Veciana: “Una de las gracias de las frutas es que los azúcares están combinados con otras partes y fibra. Si absorbemos los azúcares rápidamente, suben los niveles de glucosa en sangre y, en consecuencia, se incrementa la demanda de insulina. Esto hace trabajar más en el páncreas ya la larga favoreces la aparición de la diabetes tipo 2 ”.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.
Qué significa la etiqueta ‘Nutri-Score’ y por qué algunos productos del supermercado quedan exentos
¿Cómo funciona la etiqueta Nutri-Score?
Elegir correctamente los alimentos del supermercado es fundamental para comer bien. Saber diferenciar los que contienen azúcares extra, grasas saturadas o sales también. Por este motivo, la mayoría de los productos tienen un etiquetado nutricional que se sitúa como una de las herramientas recogidas en las políticas de salud pública europeas. Tal y como recoge el Gobierno de España, el conocido etiquetado ‘Nutri-Score’ se encarga de facilitar a los consumidores la comprensión de la información nutricional del alimento procesado. De esta forma, según su categoría, se pueden tomar decisiones más saludables y equilibradas para completar la compra de alimentos. Según la OCU, esta marca se utiliza en productos procesados y envasados para diferenciar en un solo vistazo cuáles son los alimentos más saludables. Llevar una dieta saludable se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los últimos tiempos y cada vez son más las personas que apuestan por su bienestar digestivo. Aun así, comprar alimentos saludables no es nada sencillo. Es por este motivo que existe una etiqueta en la mayoría de los productos que nos ayuda a diferenciarlos para mejorar la calidad de nuestras compras.
Por ello, el etiquetado ‘Nutri-Score’ es fácilmente reconocible y se sitúa en la parte inferior de los alimentos en los que aparece. Consiste en un gráfico rectangular y alfabético que se basa en una escala de cinco colores asociados, a su vez, a cinco letras. De la A a la E, el gráfico indica la calidad nutricional de mayor a menor. Aun así, ‘Nutri Score’ también es criticado por no tener en cuenta ciertos aspectos relevantes en cuanto a la cantidad de los productos envasados y procesados. Tal y como recoge la atleta profesional Lucía Aguado en su plataforma de entrenamientos ‘Saiyan Workout’, algunos productos de grandes marcas no cuentan con menos de una A en la escala siendo, a priori, menos saludables que otros.
¿Qué productos quedan exentos del etiquetado ‘Nutri-Score’?
Aunque ‘Nutri-Score’ ayuda a muchos a elegir y diferenciar productos, lo cierto es que no todos aquellos que compramos en el supermercado tienen este etiquetado. Según la OCU, algunos de ellos están obligados a llevarlo en su envase. Por ello, quedan exentos de llevar este etiquetado nutricional los productos frescos como carnes, pescado, frutas, verduras, legumbres y aquellos que solo tienen un ingrediente en su composición como es el vinagre o la miel siempre que no estén procesados. Otros productos que también quedan exentos son el café, té, infusiones de hierbas y frutas, alimentos directamente suministrados por el fabricante o tiendas de minoristas en pequeñas cantidades, alimentos que se venden en envases de menos de 25 cm2 como las chocolatinas, chucherías, barritas de cereales y las bebidas alcohólicas. Para escoger en estos casos los productos más saludables debemos leer su dorso donde aparecen todas las especificaciones. Identificar las grasas, el azúcar y las calorías es fundamental para diferenciar un alimento saludable y cambiar nuestro estilo de vida.
Una nutricionista asesorará por primera vez a los deportistas paralímpicos con el apoyo de Aldi.
El Comité Paralímpico Español (CPE) cuenta por primera vez con una nutricionista deportiva para asesorar y realizar un seguimiento personalizado de la dieta de los deportistas paralímpicos que preparan los Juegos de Tokio 2021. La puesta en marcha de este servicio ha sido posible gracias al acuerdo de patrocinio entre el CPE y Aldi, a través del Plan ADOP, para destacar y apoyar la importancia de la nutrición en el rendimiento deportivo.
La nutricionista que se encarga a partir de ahora del asesoramiento nutricional de los 150 atletas paralímpicos y de realizarles un seguimiento personalizado para obtener un rendimiento deportivo óptimo es Belén Rodríguez. Esta profesional, con casi 20 años de experiencia, es Doctorada en Nutrición y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad Complutense de Madrid y, además, cuenta con el título de Entrenador Personal Avanzado (postgrado de la Universidad Complutense de Madrid) y el título de especialista en Fisiología y Entrenamiento para Maratón (UCAM), por lo que conoce en profundidad los retos a los que debe someterse un atleta y la importancia de una nutrición adecuada para su rendimiento. Desde 2017, también forma parte de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
En los próximos meses, la nutricionista entrevistará a los deportistas que conforman el plan ADOP para conocer en qué punto se encuentra cada uno de ellos y proponerles mejoras nutricionales enfocadas en aumentar su rendimiento deportivo de acuerdo a la disciplina que practican. “Cada deportista parte de una base y de unos hábitos dietéticos que hay que estudiar, así como de una composición corporal concreta que hay que evaluar. A partir de estos datos, podremos marcar los objetivos nutricionales e ir trabajándolos”, asegura Belén Rodríguez.
Este servicio nutricional, que se ha podido poner en marcha gracias al apoyo de Aldi, forma parte del proyecto de la compañía ‘Devora tus metas’, con el que quiere destacar la importancia de la nutrición en el rendimiento deportivo y hacer extensivos estos conocimientos a la sociedad. En este sentido, Belén Rodríguez afirma que “es muy gratificante ver cómo empresas como ALDI se comprometen con la salud y apuestan por la promoción de hábitos saludables”.
Como compañía comprometida con la nutrición y la salud, Aldi ha alcanzado también un acuerdo de colaboración con la Academia Española de Nutrición y Dietética con el objetivo de fomentar la divulgación de hábitos de alimentación y nutrición saludables.
FUENTE: Pagina Oficial del Comité Paralímpico Español.
Este es el supermercado más caro de Valencia, según la OCU
Cada año, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) analiza los precios en más de mil supermercados de España para ayudar a los consumidores a encontrar las mejores opciones en su compra diaria. Así, en el estudio de este año, la OCU ha concluido que los españoles podrían ahorrar hasta 1.273 euros de media en su cesta si eligen locales más económicos.
El análisis incluye a 1.070 establecimientos en 65 ciudades de España, así como supermercados online. Para ello, la OCU ha recogido los precios de 238 productos de 16 categorías, como alimentación fresca, envasada, productos de higiene o droguería, tanto de marcas conocidas como de marcas blancas.
En el caso de Valencia, el supermercado más caro de la capital de la Comunitat se trata de El Corte Inglés situado en la calle Menéndez Pidal, número 15. Está ubicado en el Centro Comercial Nuevo Centro, en el barrio de Campanar de la capital valenciana.
Este es el supermercado más caro de Valencia, según la OCU (20minutos.es)