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Día Mundial de la Alimentación 2024: innovaciones sostenibles para garantizar el «Derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejor”
El Día Mundial de la Alimentación 2024 llega en un momento clave para la industria alimentaria de América Latina, donde la sostenibilidad ya no es una opción, sino una prioridad urgente.
La región, reconocida por su riqueza en recursos naturales, enfrenta la necesidad de innovar frente a los crecientes desafíos medioambientales, sociales y económicos. Las empresas de alimentos y bebidas están liderando una transformación profunda, adoptando tecnologías avanzadas que no solo optimizan la producción, sino que también promueven una reducción significativa del impacto ambiental, asegurando el derecho de los ciudadanos a el acceso a alimentos nutritivos, seguros y sustentables.
Desde la incorporación de energías renovables en los procesos productivos hasta la implementación de soluciones tecnológicas como la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia, la industria alimentaria está reconfigurando su futuro.
Además, el envasado y empaquetado de alimentos ha evolucionado con materiales más ecológicos y soluciones innovadoras que no solo prolongan la vida útil de los productos, sino que también responden a la creciente demanda de los consumidores por prácticas sostenibles.
Estos avances colocan a América Latina en una posición estratégica, tanto para enfrentar los desafíos del cambio climático como para cumplir con las normativas ambientales internacionales y mejorar la competitividad global, asegurando siempre el derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejor.
Las empresas que adopten estos cambios no solo cumplirán con los objetivos de sostenibilidad, sino que estarán en la vanguardia de una industria que redefine el concepto de producción responsable y eficiente.
Innovaciones en la fabricación de alimentos y bebidas
En el ámbito de la fabricación de alimentos y bebidas, las empresas de América Latina están apostando por la implementación de tecnologías avanzadas y procesos optimizados para reducir el impacto ambiental y aumentar la eficiencia, una de las áreas más destacadas es el uso de energías renovables y tecnologías de vanguardia para mejorar la sostenibilidad y la trazabilidad en las cadenas de suministro.
• Tecnologías emergentes en la producción alimentaria
Uno de los mayores avances que se observan en la región es el uso de inteligencia artificial (IA) y big data para optimizar los procesos productivos. Estas tecnologías permiten predecir patrones de demanda y ajustar las cadenas de producción de manera más precisa, reduciendo tanto los desperdicios alimentarios como el consumo energético.
Otra innovación es el desarrollo de biotecnología aplicada a la producción alimentaria, donde se están utilizando enzimas y microorganismos para crear productos más saludables y sostenibles, esta tecnología también facilita la producción de alimentos que requieren menos insumos naturales, como es el caso de las proteínas alternativas derivadas de insectos o plantas, que han ganado terreno en el sector.
Innovaciones en el envasado y empaquetado de alimentos
• Embalaje sostenible
El empaquetado de alimentos ha experimentado una verdadera revolución, con la creciente preocupación por los residuos plásticos, muchas empresas en América Latina han adoptado soluciones de envasado sostenibles que buscan minimizar el impacto ambiental.
Un ejemplo notable es el uso de bioplásticos y materiales compostables en el embalaje de productos. Estos materiales están hechos de fuentes renovables, como el almidón de maíz o la caña de azúcar, y pueden biodegradarse en condiciones controladas.
En México, empresas como Grupo Bimbo han liderado iniciativas en esta área, su compromiso con el uso de materiales reciclados en el envasado de sus productos es un modelo a seguir para la industria. Este enfoque reduce significativamente la huella de carbono y se alinea con las políticas ambientales emergentes en la región.
• Innovación tecnológica en la conservación de alimentos
Además de los avances en materiales, las innovaciones tecnológicas también están mejorando la conservación de alimentos, el envasado al vacío inteligente y el control de atmósferas modificadas son ejemplos de tecnologías que extienden la vida útil de los alimentos, permitiendo su transporte a largas distancias sin comprometer su calidad.
Estas soluciones también son esenciales para reducir el desperdicio de alimentos, un problema significativo en América Latina.
Casos de éxito en la región
Uno de los casos más emblemáticos es el de Nestlé Chile, que ha incorporado el uso de materiales de embalaje 100% reciclables en su línea de productos lácteos, además, en 2023, Nestlé inauguró una planta que opera en su totalidad con energía renovable, demostrando un enfoque integral hacia la sostenibilidad en la fabricación y distribución de sus productos.
Otro ejemplo es el proyecto de Tetra Pak Argentina, que ha desarrollado un innovador envase aséptico hecho de cartón certificado, permitiendo la conservación de productos durante largos periodos sin necesidad de refrigeración. Este desarrollo no solo reduce la necesidad de energía en la cadena logística, sino que también minimiza la producción de residuos.
El Día Mundial de la Alimentación 2024 resalta la importancia de la innovación sostenible en la industria alimentaria de América Latina, desde el uso de tecnologías avanzadas en la producción hasta la adopción de soluciones sostenibles en el empaquetado, la región se está posicionando como un líder en la transformación de los sistemas alimentarios. Las empresas que priorizan estas prácticas no solo cumplen con los objetivos de sostenibilidad globales, sino que también fortalecen su competitividad en un mercado en constante cambio.
Para los profesionales de la industria, estas innovaciones ofrecen oportunidades inigualables para mejorar la eficiencia operativa, reducir el impacto ambiental y responder a las crecientes demandas de los consumidores por productos más responsables.
Un estudio afirma que Tik Tok perpetúa la cultura de la dieta tóxica entre adolescentes y adultos jóvenes
La nueva investigación de la Universidad de Vermont en EE. UU., publicada en ‘PLOS One’, ha encontrado mensajes irreales sobre el peso y la salud.
Una nueva investigación de la Universidad de Vermont en Estados Unidos encuentra que el contenido más visto en Tik Tok relacionado con la comida, la nutrición y el peso perpetúa una cultura de dieta tóxica entre los adolescentes y adultos jóvenes y que, por el contrario, la información de expertos está ausente en la mayoría de los video que emite la red social.
El estudio, publicado en ‘PLOS One’, ha encontrado mensajes irreales sobre el peso y la salud; así la idea de que el peso es la medida más importante de la salud de una persona, predomina en gran medida en Tik Tok. De hecho, videos más populares son los que glorifican la pérdida de peso y posicionan la comida como un medio para lograr la salud y delgadez.
Los hallazgos son particularmente preocupantes dada la investigación existente que indica que el uso de las redes sociales en adolescentes y adultos jóvenes está asociado con trastornos alimentarios e imagen corporal negativa.
¿Cuál es la mejor hora para comer? Algo igual de importante que lo que comemos
A las puertas de las vacaciones de invierno, es tiempo de comer, y mucho. Pero la comida puede afectar a tu cuerpo de forma diferente a lo largo del día, así que echemos un vistazo más de cerca a ese reloj interno.
Comprender tu reloj biológico es la clave para que tu organismo funcione de forma óptima. Así es como funciona: todas las fuentes de energía tienen su origen en el Sol. Pero en las épocas en que la luz escasea, las plantas y los animales tuvieron que desarrollar formas de almacenar energía y reducir su consumo para sobrevivir.
El reloj biológico es el sistema automatizado de conservación de energía de tu cuerpo, que influye en el comportamiento a nivel celular de sol a sol. Lo consigue enviando mensajes a todo el cuerpo a través de las hormonas. Las señales nos indican la mejor hora para dormir y comer de forma relativamente constante día tras día, de modo que seguimos las señales naturales de forma eficiente. Este ciclo es el ritmo circadiano.
La comida y la bebida afectan al cuerpo humano de forma diferente en los distintos momentos del día.
Fotografía de Gilaxia, Getty Images
Vivir desincronizados
Algunas personas viven en contra de los instintos naturales de su cuerpo, y éste es un ejemplo importante de cómo la alimentación influye en el ritmo de vida. En España, más de un millón de personas trabaja ocasionalmente en turno de noche, según la Encuesta de Población Activa del INE. Es decir, trabajan de noche y duermen de día. Los estudios que examinan la salud de estas poblaciones revelan que presentan mayores índices tanto de problemas de sueño como de obesidad. Las personas que trabajan en el turno de noche tienden a engordar más que las que tienen horarios normales de nueve a cinco.
Un estudio sobre enfermeras descubrió que, cuando pasaban al turno de noche, quemaban menos calorías que cuando trabajaban de día, aunque realizaban las mismas actividades. Otros estudios determinaron que los trabajadores por turnos tienen un 40 por ciento más de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, así como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y latidos anormales del corazón, en comparación con los que trabajan en horario diurno.
Aunque no entendemos del todo la causa, el principal sospechoso de las alteraciones de la salud y el metabolismo de los trabajadores por turnos es que están luchando contra sus ritmos circadianos naturales y las nociones instintivas de su cuerpo sobre cuándo comer.
Puede que los trabajadores por turnos vayan en contra de su ritmo circadiano a la hora de comer, pero los que almuerzan más temprano se benefician a largo plazo.
Fotografía de Getty Images
El ritmo circadiano y tu reloj alimentario
Nuestro reloj corporal y nuestro reloj alimentario tienen un punto de tensión natural: nos apetece comer por la noche, pero funcionamos mejor cuando comemos antes. Las investigaciones han demostrado que, en ausencia de señales luminosas y horarias normales, las personas tienen más hambre de forma natural alrededor de la hora que correspondería a las ocho de la tarde y menos hambre a la hora que correspondería a las ocho de la mañana.
Ese instinto básico era una ventaja en los primeros tiempos de la existencia humana, pero en los tiempos modernos puede estar perjudicándonos. Una de las hormonas más importantes del cuerpo para tratar la comida es la insulina, que regula la cantidad de glucosa en la sangre.
Estudios en animales han demostrado que la secreción y la respuesta del organismo a la insulina siguen un ritmo circadiano. Los científicos han examinado en qué momento del día los mamíferos son más sensibles y resistentes a los efectos de la insulina; han descubierto que la sensibilidad es mayor durante las fases activas (cuando están despiertos). Cuando un ratón está activo, sus músculos se mueven y necesita energía (en forma de glucosa) para rendir de forma óptima. La insulina ayuda a transportar la glucosa a las células musculares.
En cambio, los animales suelen ser más resistentes a la insulina durante sus horas típicas de sueño. Los estudios sugieren que en los seres humanos ocurre lo mismo. Resulta que la hora de comer tiene un gran efecto en lo que ocurre con los niveles de azúcar en sangre. Si se come lo mismo por la mañana y por la noche, la glucemia aumentará más por la tarde que por la mañana.
Comer la misma comida temprano, como el desayuno, y por la noche puede afectar de forma diferente a los niveles de azúcar en sangre.
Fotografía de Getty Images
Las células adiposas también se muestran más sensibles a la insulina a primera hora del día, con un pico a mediodía; son aproximadamente un 50% más sensibles a mediodía que a medianoche. Esto significa que el cuerpo está preparado para comer a determinadas horas. De hecho, comer a la hora «equivocada» puede echarlo todo a perder. En un estudio con ratones, a los que se les dio acceso a la comida a la hora «equivocada», cuando normalmente duermen, comieron más cuando la comida estuvo disponible por primera vez (un 10% más de calorías totales durante un día) y ganaron más peso.
La investigación está empezando a mostrar los mismos efectos en los seres humanos. Un estudio sobre la pérdida de peso en el que se compararon las horas a las que comían los participantes durante un periodo de 20 semanas reveló que los que almorzaban antes perdían más peso que los que lo hacían más tarde. Un estudio relacionado descubrió que los que comían más tarde quemaban menos energía que los que comían antes.
Un ritmo intestinal
Tus tripas tienen más que ver con tus hábitos alimentarios que el rugido hambriento que emiten. De hecho, está manipulado por un ecosistema de bacterias (llamado microbioma) que influye en muchísimas partes y sistemas del organismo. Las especies bacterianas que habitan en tu microbioma pueden cambiar, y eso es bueno; las personas con más diversidad de bacterias en su intestino parecen estar más sanas que las que tienen menos.
Se puede influir en esa diversidad no sólo con lo que nos metemos en la boca, sino también cuando comemos. En estudios con ratones, se ha descubierto que muchos tipos de poblaciones de bacterias intestinales fluctúan a lo largo del día siguiendo un ciclo rítmico. En un estudio en el que se analizaron las heces de ratones, los investigadores descubrieron que cuando los ratones estaban activos, observaban más signos de actividad celular que fomentaban el metabolismo, el crecimiento celular y la reparación. Cuando los ratones estaban en reposo, los investigadores encontraron más genes relacionados con actividades como la desintoxicación.
Comer mejor para vivir mejor; ¿qué alimentos nos protegen de enfermedades?
En el cóctel biológico de nuestro cuerpo pueden ocurrir muchas cosas diferentes en las distintas etapas de nuestra vida. No podemos predecir con exactitud lo que nos espera, por eso es importante seguir un estilo de vida saludable que minimice el riesgo de dolencias y enfermedades.
Comer a determinadas horas del día puede cambiar tu forma de sentirte y de vivir, y eso incluye prevenir o mitigar problemas de salud, desde el cáncer a cardiopatías o desequilibrios hormonales. Tanto si te consideras una persona de alto riesgo como si no, aquí tienes algunos consejos para que la alimentación forme parte de tu enfoque holístico hacia una vida larga y sana.
Cáncer en la familia
Todos hemos visto (o vivido) los efectos del cáncer y hemos sido testigos de cómo puede cambiar nuestras vidas muy rápida o muy lentamente. El cáncer es una enfermedad compleja, en cuyo desarrollo intervienen muchos factores, desde la genética hasta las elecciones de estilo de vida (el tabaco y el exceso de sol son dos de los principales, por supuesto).
Por todo ello, aunque no podemos afirmar que el consumo de determinados alimentos pueda curar o prevenir totalmente el cáncer, ciertas medidas nutricionales pueden ayudar a disminuir el riesgo de padecerlo. Muchos alimentos y nutrientes se han relacionado con tasas de cáncer más bajas debido a la función que desempeñan en el organismo.
De hecho, un análisis de las investigaciones realizadas por Cancer Research UK indica que sólo unos pocos cambios en el estilo de vida (mantener un peso corporal saludable, seguir una dieta sana, reducir el consumo de alcohol, no fumar, disfrutar del sol de forma segura y mantenerse activo) pueden prevenir cuatro de cada 10 cánceres.
Aunque no se ha demostrado que el consumo de determinados alimentos prevenga o cure el cáncer, comer más alimentos frescos puede ayudar a reducir los riesgos de contraer la enfermedad.
Fotografía de Joshua Cogan, Nat Geo Image Collection
Las verduras, fortificadas con muchos compuestos y nutrientes beneficiosos para la salud, son la mejor medicina protectora de la naturaleza, especialmente crudas o ligeramente cocinadas (nuestras favoritas son las salteadas en aceite de oliva virgen extra). El café y el té también pueden ayudar a prevenir el cáncer; ambos están llenos de antioxidantes, polifenoles y flavonoides que se han relacionado con un menor riesgo de padecer la enfermedad.
En cambio, la carne roja y procesada (jamón, baicon, salami y salchichas) está relacionada con un aumento considerable de las tasas de cáncer, sobre todo por las sustancias químicas que contiene, según los científicos.
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Fortalecer el esqueleto
Nuestro movimiento es una compleja orquesta de huesos, articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos; nuestro cerebro es el director. Los compromisos entre cualquiera de esas partes del cuerpo pueden influir en la facilidad con que nos movemos y en la aparición del dolor.
Además de sostenernos y proteger nuestros órganos vitales, los huesos desempeñan funciones químicas vitales: almacenan nutrientes y ayudan a producir sangre y células madre. Pero los huesos están formados por una estructura en forma de panal (piensa en la Torre Eiffel) cuya densidad se va debilitando a medida que envejecemos.
Las articulaciones, por su parte, actúan como las bisagras de una puerta: permiten que los huesos se muevan. Cuando las articulaciones se degeneran, pierden la amortiguación (en forma de tejido blando y lubricación) que les permite deslizarse. El rechinamiento resultante desencadena una respuesta inflamatoria mientras el cuerpo se apresura a curarse.
Pero, ¿cómo influye la alimentación en nuestro intrincado sistema de movimiento? Con los nutrientes adecuados (calcio, vitaminas D y K, grasas saludables) puedes enviar refuerzos para aumentar la densidad ósea, lo que hará que los huesos sean más fuertes a medida que envejeces (y se curen mejor si se rompen).
Ejercicios como el yoga pueden ayudarnos a mantener las articulaciones más flexibles, al tiempo que fortalecen el esqueleto.
Fotografía de Matthieu Paley, Nat Geo Image Collection
Mantener viva la chispa
El cerebro sigue siendo en gran medida un misterio, pero sabemos algo sobre cómo declina nuestra memoria a medida que envejecemos. Para recordar información, las neuronas necesitan comunicarse. Una envía un mensaje a otra, el receptor recibe el mensaje y esa conexión construye puentes de información que puedes utilizar y recordar.
Si no envías y recibes mensajes constantemente, tus conexiones neuronales se marchitan. Los elementos externos también las afectan. Por ejemplo, el tipo incorrecto de alimentos (piensa en refinados y procesados) funciona como un clima extremo que viene a oxidar las vigas del puente; como resultado, la inflamación rompe los puentes y es más difícil que la información viaje de neurona a neurona.
Los alimentos adecuados actúan como constructores de puentes, limpiadores (ayudan a eliminar la inflamación oxidada) y protectores. El momento de comerlos también puede marcar la diferencia: en estudios epidemiológicos, comer temprano se asocia a un menor deterioro cognitivo y, en estudios con animales, se ha demostrado que la alimentación restringida en el tiempo lo previene.
Prevenir la diabetes de tipo 2
Uno de los principales efectos del exceso de peso y de centímetros alrededor de la cintura es el desarrollo de diabetes de tipo 2, la enfermedad que cursa con niveles elevados de glucosa en sangre debido a una mayor resistencia a la insulina. Unos cuatro millones de españoles padecen esta enfermedad, y cada año se registran alrededor de 386 000 nuevos casos, según un estudio de di@bet.es. Esta afección (una de las principales causas de muerte en Estados Unidos) lleva asociados muchos problemas, como daños oculares, nerviosos y renales. Pero también asusta por el mayor riesgo de problemas cardíacos y cerebrales.
La forma de prevenir la diabetes se reduce a comer más sano y mover el cuerpo. Reducir la cintura y perder peso ayudan a disminuir la insulina. Comer alimentos de mejor calidad significa que estarás reduciendo el exceso de azúcar y grasas saturadas que tu cuerpo necesita procesar. Eso incluye evitar las carnes rojas, las carnes procesadas y todos los alimentos procesados, especialmente los cargados de azúcar.
La actividad física también ayuda a perder peso, ya que hace que los músculos trabajen más, mejorando su capacidad para utilizar la insulina y absorber la glucosa. Controlar el estrés también puede ayudar; será menos probable que busques consuelo en un exceso de calorías o en calorías de mala calidad.
Pulmones sanos
Aunque no pienses demasiado en tus pulmones (excepto quizá después de subir ocho tramos de escaleras), sabes de su importancia. Los pulmones desempeñan una importante función inmunitaria, ya que protegen al organismo del mundo exterior, en concreto, mediante unos pequeños cepillos situados en las trompas llamados cilios, que limpian los contaminantes que inhalamos. Pero también pueden resultar dañados por el humo, por ejemplo, lo que los hace menos eficaces a la hora de proteger los pulmones a largo plazo.
Sin duda, seguir el estilo de vida de decir no al tabaco y sí al ejercicio es primordial para una función pulmonar sana y la prevención de enfermedades pulmonares. Los alimentos pueden ayudar a reforzar su función. Para empezar, reduce los alimentos fritos y mantén un peso saludable. El exceso de grasa en el vientre impide respirar profundamente y puede ejercer una presión excesiva sobre los pulmones, obligándolos a trabajar más con cada respiración.
Otro consejo: condimenta tu comida, ya que puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la función pulmonar. Báñalo todo con mucha agua, que ayuda a que la sangre fluya hacia y desde los pulmones y permite que la mucosidad acumulada allí se mueva libremente.
Reducir la inflamación
Para muchas personas, la inflamación se asemeja a la física cuántica: suena importante, pero ¿qué significa en realidad? Sin embargo, la inflamación en su forma más crónica es uno de los conceptos sanitarios más importantes que debes conocer. Esto se debe a que, a diferencia del malestar que produce un dolor de garganta o de cabeza, la inflamación puede ser crónica, persistente y puede atacar al organismo día tras día.
Al principio, la inflamación es un proceso positivo para el organismo; indica que se está combatiendo algo que no debería estar ahí. Es el caso de un resfriado, una alergia o un golpe en un dedo del pie (o incluso una reacción a una toxina inhalada, como las que se encuentran en muchos productos de limpieza). El cuerpo sabe identificar una lesión, entonces hace sonar la alarma anatómica para enviar células inmunitarias a la zona para repararla. En el proceso de reparación, las células inmunitarias se enredan con las células invasoras. El resultado de esta lucha (los restos, la metralla, el caos) es la inflamación.
Aplica el mismo razonamiento a los golpes crónicos que reciben tus células cuando son atacadas constantemente. Tal es el caso cuando circula demasiado azúcar en la sangre o se consumen demasiadas grasas saturadas o proteínas animales. Tu cuerpo envía señales de que necesita ayuda, así que pide refuerzos. Ahora está en modo lucha constante y en modo inflamación constante.
El resultado: más inflamación, lo que pone a tu cuerpo en riesgo de continuar un círculo vicioso que contribuye a que se produzca aún más. Y a largo plazo, te pone en mayor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, derrames cerebrales, cáncer, artritis, problemas de memoria, dolor, problemas hormonales, daños en los órganos, y mucho más.
Entre las cosas que puedes hacer para calmar la inflamación hay un nutrido número de prohibiciones. Por eso no fumar, no comer alimentos procesados ni carnes ocupan un lugar destacado en la lista.
También puedes hacer mucho para calmar la inflamación comiendo alimentos que ayuden a silenciar la respuesta inmunitaria y comiendo a la hora adecuada. Cuando te mueves, tu cuerpo puede frenar la inflamación. Cuando estás en reposo, es más probable que salten chispas. Por eso es especialmente malo comer alimentos inflamatorios (procesados o con azúcares añadidos) por la noche. Las frutas y las verduras, así como las grasas saludables del pescado y los frutos secos, se consideran una de las armas nutricionales más potentes en la lucha contra la inflamación.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2023/03/alimentos-nos-protegen-enfermedades-vivir-mejor
La SEGHNP y el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP se suman a las matizaciones de la ESPGHAN a las recomendaciones de la OMS sobre alimentación complementaria
El Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNyLM) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) se han sumado a las respuestas que la European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) y otras 10 organizaciones pediátricas internacionales han realizado a la guía actualizada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre alimentación complementaria, cuyo objetivo es proporcionar recomendaciones para lactantes sanos a término y niños pequeños de 6 a 23 meses.
Las organizaciones pediátricas valoran de forma positiva el documento, pero han emitido algunas consideraciones matizando ciertas recomendaciones. Los pediatras europeos opinan que algunas afirmaciones deben adaptarse en función del contexto, pues la guía va dirigida tanto a países de ingresos bajos, como medios y altos.
“Por ello, es cuestionable la aplicación de algunos aspectos de las recomendaciones a nuestro entorno, como el uso de leches animales en lactantes menores de 12 meses, la continuación de la lactancia materna de forma generalizada en el segundo año de vida o la edad de introducción de la alimentación complementaria”, explica la doctora Rosaura Leis, coordinadora del CNyLM de la AEP. En la misma línea se posiciona el doctor Javier Martín de Carpi, presidente de la SEGHNP: “Sugerimos que estas recomendaciones sean específicas para cada contexto y que sigan el enfoque ya utilizado por el Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS en su recomendación sobre el uso de alimentos enriquecidos. Sin esta modificación, las recomendaciones podrían causar confusión y posibles daños para la salud no deseados”.
Microencapsulación y nanoencapsulación para el diseño de ingredientes de última generación
Las tecnologías de microencapsulación están permitiendo, en los últimos tiempos, desarrollar alimentos con nuevas propiedades, más seguros y más saludables, así como ingredientes funcionales y aditivos novedosos con propiedades avanzadas.
Se trata de una de las alternativas más demandas por la industria alimentaria para mantener la conservación de las propiedades de los productos. Gracias a este proceso, las sustancias bioactivas de los alimentos se introducen en una matriz del producto para impedir que se pierdan. Así, se protegen de la reacción con otros compuestos, se frenan las reacciones de oxidación e incluso, se logra liberar nutrientes de forma controlada. En este sentido, el potencial que abre la nanoencapsulación es todavía mayor.
A modo de resumen, la microencapsulación y la nanoencapsulación suponen un avance tecnológico de primer nivel en la innovación de producto de alimentación, claves para el desarrollo de:
- Aditivos naturales
- Ingredientes funcionales
- Estabilizadores de producto
- Mejoras sensoriales de alimentos u otros productos
- Ingredientes avanzados para la generación de nuevas percepciones en el consumidor
Para aquellos interesados, recomendamos la visualización de este vídeo en el que explicamos las ventajas de esta tecnología en alimentos y cómo estamos trabajando con ella en AINIA Centro Tecnológico, colaborando y siendo partner tecnológico con un gran número de empresas en este campo.
Innovación, transición verde y formación: ¿puede tu futuro estar en el campo?
De aquí a 2035, el sector generará casi 310.000 oportunidades de empleo solo por reemplazo. La formación en competencias tecnológicas y en agricultura eficiente será clave
El del campo es, quizá, uno de los sectores productivos más desprestigiados y, sin embargo, fundamentales para el sustento de cualquier sociedad. Un ámbito enfrentado a una elevada temporalidad e incluso una importante brecha de género, pero que también es víctima de una imagen arcaica y desactualizada de lo que es y las oportunidades que representa: solo por reemplazo (es decir, para sustituir a aquellos que se jubilan), harán falta casi 310.000 personas de aquí a 2035, según el Observatorio de la FP de la Fundación CaixaBank Dualiza.
Cubrir esas vacantes futuras (y, de paso, luchar contra la despoblación rural) pasa, sin embargo, por saber visibilizar esas oportunidades y por ser consciente de la forma en que la innovación tecnológica y la transición hacia modelos más sostenibles están cambiando la realidad del mundo agroalimentario. Y es que, según Naciones Unidas, el sector de la alimentación representa aproximadamente un 30 % del consumo de energía en el mundo, y es responsable de un 22 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aspectos que, de por sí, ya evidencian la necesidad de que los profesionales accedan a conocimientos y capacidades que faciliten un uso sostenible de los recursos naturales, adaptándose así a los requisitos marcados tanto por el Pacto Verde Europeo como por la estrategia De la granja a la mesa, de la Comisión Europea.
“Es crucial saber usar, gestionar y monitorizar técnicas, herramientas y dispositivos vinculados a la eficiencia energética, la gestión de recursos y el manejo eficiente de productos fitosanitarios y antibióticos. Los perfiles profesionales han de ser cada vez más verdes y más digitales”, explica Mónica Moso, responsable del Centro de Conocimiento e Innovación de CaixaBank Dualiza. Para fomentar las vocaciones del campo y visibilizar tanto el papel de la innovación y la tecnología como el rol central de la Formación Profesional en su modernización y desarrollo, CaixaBank Dualiza y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación han lanzado una campaña conjunta a través de la historia de Ferrán, un joven valenciano al que el campo y la FP le cambiaron la vida y que hicieron posible que hoy se encuentre estudiando un doctorado.
Impresión de alimentos en 3D para una alimentación saludable y postres deliciosos
Qué dice mejor el Día de Acción de Gracias que terminar la comida con un pastel casero caliente de manzana o calabaza? A medida que se acerca la festividad de la cosecha, la comida está en la mente de millones de estadounidenses, lo que la convierte en el momento perfecto para sumergirse en la ciencia fascinante y divertida detrás de los alimentos impresos en 3D, que pueden llegar a su mesa de Acción de Gracias.
Los avances en la ciencia de la impresión de alimentos en 3D han permitido a los investigadores imprimir nuevos alimentos. Y al experimentar con la textura y el sabor, esta nueva frontera de la ciencia de los alimentos personalizada aprovecha el interés nacional de la cocina saludable y la cultura gastronómica.
La tecnología de impresión de alimentos existe desde 2005, introducida por ingenieros mecánicos de la Universidad de Columbia en el Laboratorio de Máquinas Creativas del profesor Hod Lipson. Pero hasta la fecha, la impresión de alimentos se ha limitado a una pequeña cantidad de ingredientes crudos, que a su vez producen lo que muchos llaman platos «poco apetecibles».
Crédito: Jonathan Blutinger/Columbia Engineering
Un equipo de investigación en el laboratorio de Lipson, apoyado en parte por el Instituto de Inteligencia Artificial para Sistemas, quería cocinar algo delicioso. Entonces, experimentaron imprimiendo en 3D diferentes tipos de tarta de queso vegana. El equipo no utilizó queso crema, sino que probó varios diseños de recetas utilizando siete ingredientes clave: galletas Graham, mantequilla de maní, Nutella, puré de plátano, mermelada de fresa, llovizna de cereza y glaseado.
Descubrieron que el diseño de receta más exitoso utilizaba una corteza de galleta Graham como base para cada capa del pastel. La mantequilla de maní y Nutella demostraron ser mejores utilizadas como capas de soporte que formaban «charcos» para contener los ingredientes más suaves, plátano y mermelada. Los diseños de múltiples ingredientes evolucionaron hasta convertirse en estructuras escalonadas que seguían principios similares a los utilizados en la construcción de edificios; Se necesitaban más elementos estructurales para soportar componentes más blandos para una impresión exitosa en capas de múltiples ingredientes.
Los investigadores pueden ver un futuro en el que la impresión de alimentos en 3D ocupe su lugar junto con las parrillas, las placas de cocina, los hornos y los microondas como forma de preparar alimentos. «Dado que la impresión 3D de alimentos sigue siendo una tecnología emergente, necesita un ecosistema de industrias de apoyo, como fabricantes de cartuchos para alimentos, archivos de diseño de recetas descargables y un entorno en el que crear y compartir estas recetas», afirma Jonathan Blutinger, becario postdoctoral en el laboratorio.
También ven un futuro más allá de los postres, donde los alimentos impresos en 3D proporcionen una alternativa saludable a la comida rápida disponible comercialmente y a los refrigerios ricos en calorías fácilmente disponibles, idealmente con impresoras 3D personales de alimentos capaces de imprimir en casa alimentos ricos en nutrientes y de alta calidad. .
La impresión 3D de alimentos también puede permitir la personalización de carnes cultivadas en laboratorio. Un mayor desarrollo de la tecnología detrás de las hamburguesas impresas en 3D ya existentes podría permitir la eliminación de aceites y otros ingredientes en los alimentos preparados que pueden contribuir al colesterol alto y la obesidad. Además, para quienes padecen trastornos del consumo de alimentos, como sensibilidad alimentaria o trastornos de la deglución, la impresión de alimentos en 3D ofrece alternativas nutritivas y personalizadas a lo que se encuentra en los estantes de las tiendas de comestibles.
Crédito: Jonathan Blutinger/Columbia Engineering
«Tenemos un enorme problema con el bajo valor nutritivo de los alimentos procesados», dice el profesor Christen Cooper de Pace University Nutrition and Dietetics. «La impresión de alimentos en 3D seguirá produciendo alimentos procesados, pero quizás el lado positivo sea, para algunas personas, un mejor control y adaptación de la nutrición, una nutrición personalizada. También puede ser útil para hacer que los alimentos sean más atractivos para aquellos con trastornos de la deglución al imitando las formas de los alimentos reales con los alimentos en puré que estos pacientes (millones sólo en los EE. UU.) requieren».
Entonces, este Día de Acción de Gracias, agreguemos la ciencia que revoluciona la industria alimentaria a nuestra lista de cosas por las que estar agradecidos.
Impresión de alimentos en 3D para una alimentación saludable y postres deliciosos
La industria alimentaria busca reconstruir márgenes tras la caída generalizada de 2022
La mayoría de grandes fabricantes empeoraron resultados pese a un alza de ingresos a dobles dígitos. El Pozo, Capsa o Campofrío esperan mejorar en 2023 y FIAB ve el contexto “muy difícil”
La industria alimentaria encara el final de 2023 con el objetivo de reconstruir los márgenes que, de manera generalizada, perdieron el año pasado por la escalada inflacionaria. Pero también con la incertidumbre de un cierre de año en el que la energía repunta de nuevo, y en el que subir más los precios puede llegar a ser una decisión contraproducente.
La tónica fue similar en casi todos los grandes fabricantes que operan en España en 2022, como se desprende tras analizar las cuentas anuales de 17 de ellos. Todos menos uno, Nueva Pescanova, elevaron sus ingresos frente a 2021. La mayoría, 12, a dobles dígitos porcentuales y alcanzando niveles históricos. Pese a ello, 13 redujeron sus márgenes de explotación y 14 empeoraron su resultado neto, con cuatro incurriendo en pérdidas: la propia Nueva Pescanova, Campofrío, Grupo Pascual y Mondelez, aunque esta última las redujo a la mitad con respecto a 2021.
“En 2022 sufrimos una crisis global, en parte provocada por la invasión de Ucrania, que generó incertidumbre y una grave situación de inflación de costes que se vio reflejada en los resultados de muchas empresas del sector, que vieron reducidos sus márgenes”, declara Mauricio García de Quevedo, director general de la patronal FIAB.
Según datos del índice de precios industriales recopilados por Aecoc, la fabricación de alimentos se encareció más de un 30% entre enero de 2022 y julio de 2023. Solo la producción de aceite de oliva supera esos porcentajes entre las categorías de gran consumo.
Modernizar la fabricación de galletas con cobots UR sin perder el componente artesanal
La Biscuiterie de Chambord, pyme francesa reconocida por su elaboración artesanal de galletas, ha logrado modernizar su producción sin perder su esencia tradicional. Con la integración de robots colaborativos de Universal Robots para la carga y descarga de carros, la empresa ha mejorado las condiciones laborales de sus operarios, preservando al mismo tiempo tareas manuales de alto valor añadido, como el pesaje y el control de calidad. Gracias a esta combinación de tradición y tecnología, la productividad ha aumentado más de un 20%.
Fundada en 1978 en la población de Maslives, la Biscuiterie de Chambord decidió en 2021 abrir un nuevo centro de producción con el que pasaría de fabricar 240 toneladas de productos al año, a 500. El aumento de la producción tenía que ser compatible, por un lado, con los procesos de fabricación artesanales y, por el otro, con el bienestar y la ergonomía de los operarios.
Por eso, la empresa puso el foco en la optimización de las operaciones de carga y descarga de las placas de cocción, una tarea que requería movimientos de flexión y extensión para levantar hasta 10 toneladas al día a una altura de 1,75 metros. Era una tarea ardua que, en realidad, no intervenía en la calidad de los productos, pero que estaba detrás de trastornos musculoesqueléticos en los operarios. Así es como la empresa optó por incorporar cobots en sus procesos.
A través de HMI-MBS, un distribuidor francés de Universal Robots, la empresa decidió integrar dos cobots UR10e equipados con ventosas y con capacidad para transportar una carga útil de 10 kg cada uno. El primer brazo robótico se encarga de recoger las bandejas con las galletas ya dosificadas y colocarlas en los carros para la cocción, levantando hasta 400 kg al día. En cuanto al segundo cobot, toma las placas del carro para situarlas en un transportador de embalaje manual al final de la línea de producción.
Los propios trabajadores son quienes supervisan los robots colaborativos. “Cada operario ha recibido una formación que ahora le permite manejar los cobots según sus necesidades, todo ello con una facilidad asombrosa”, subraya Clémentine Ducrocq, directora de operaciones y desarrollo de Biscuiterie de Chambord.
Más allá del aumento de productividad, estimado alrededor de un 20%, y la reducción del tiempo de inactividad, la Biscuiterie de Chambord ha mejorado considerablemente las condiciones de trabajo en sus talleres. De hecho, la tarea de los operarios se ha reducido considerablemente porque ya no tienen que cargar y descargar gran parte de las placas de cocción. De este modo pueden concentrarse en operaciones con mayor valor añadido, como el pesaje o el control de calidad.
La iniciativa también ha permitido reforzar el atractivo de la empresa, aspecto crucial en un contexto de escasez de mano de obra. Asimismo, el contacto con soluciones tecnológicas de vanguardia ha despertado en la plantilla un sentimiento de orgullo, ya que son los operarios quienes se encargan de la programación y operación de los cobots.